miércoles, 15 de octubre de 2008

Un merecido homenaje.



Necesito homenajear a mi inseparable amiga, que tantas veces me ha acompañado en mi vida. La hormigonera, indivisible presencia en los momentos importantes de estos últimos años, de esta última vida. Para ella lanzo un pequeño poema que acabo de escribir:



Sonido desagradable que me dices que estoy vivo.
Olor a cemento y a gasoil de tarde pegajosa de verano,
charcos de problemas aún sin resolver,
charcos ya resueltos de cemento carne y hueso.
El sonido del miedo buscándome una vez más,
buscándome una vez más por el blancor de la tapia,
y yo, buscándote el arranque y no lo encuentro.


Una forma más de exortizar mis miedos...puedes reírte, es para eso.

1 comentario:

Susana Román dijo...

No podia ser mas descriptivo y al mismo tiempo expurgatorio. Me gusta lo que escribes.